He leido bastante en estos 22 años.
Lo inicios de este proceso de aprender ver en cada letra y su unión palabras y frases reconocibles no me resultaron del todo agradables. Vivía por esos tiempos yo en la populosa comuna de Cerro Navia. Mi padre a mis tiernos 5 años, decidió que ya era hora de que su pequeñita se relacionara con su entorno de una forma distinta a la simple contemplación, era tiempo de la involucración. En una feria de cachibaches adquirió para mi un "Silabario Hispanoamericano". Recuerdo a la perfección como sostenía con ansias ese texto hojeándolo una y otra vez.
Al llegar a la casa, comenzaron las agotadoras e interminables tardes de lecturas, una letra por día, dos meses de lo que hoy puedo enterder como mi primera tortura. Tuve graves problemas con la "CH" jaja! en mi mente no cabía que esa connjunción de letras sonara como una sola, la técnica de mi padre consistía en que yo imaginara como sonaban las letras a partir de ciertos dibujos que ilstraban cada lección, entonces cuando salía la "P" y veía yo una "papa" la compresión se me hacía de lo más fácil, pero la "CH" simplemente no me cabía en la cabeza.
Creo que el modo de interiorizarla, fue enterder que yo vivo en "Chile"
y de este modo, me transformé en una maquinita de lectura. Los letreros de las calles, los nombres de las estaciones de metro, la publicidad, un diario, todo lo leía. Llegó primro básico, y el texto que usaban para enseñarle a mis compañeros de curso a leer, era el mismo que mi padre me había comprado. Podrá usted, señor lector, comprender mi tedio de un año completo, sobre todo cuando eran los demás los que tenían problemas conn la "CH" y yo ya había entendido que vivía en Chile!.
Durante todo el periodo escolar, leer fue tan profundamente alucinante, que vivá yo eternamente de protagonista de alguno de los textos. Francisca yo te amo, El Fantasma de Canterville, Los compilados de leyendas chilenas, todos y cada uno los viví, El maravilloso viaje de Nils Holgersen, volaba yo junto a él. Esta afición me hizo darme cuenta que lo mio, auqello a lo que debía dedicar mi vida, debía estar relacionado de una u otra forma con la letra.
Los números son algo que nunca he podido comprender a cabalidad, para mi las letras y los números no debieran mezclarse, sino mantener cada uno su dimensión, me rehuso que todo pueda ser reducido a simples 0 y 1, no, no lo acepto.
Es así como entré a estudiar la más grande de mis pasiones, licenciatura en Letras, por supuesto, sin tener la menor idea de a lo que me estaba enfrentando, como sucede a la mayoría de los ilusos recien salidos de la educación media.
Estuve en esta carrera 3 años.
La evaluación que puedo hacer de ella, me ha jodido la existencia.
No tenían derecho a que yo de la imaginación pasara a la estructura, y que comprendiera que , palabra+ palabra= texto, no tenían porque meterme a esa señora tan odiosa llamada matemáticas en mis adorados libros! la teoría me hacía todo tan reconocible! las málditas corrientes teóricas me quitaban todo rasgo de ilusión! no tenía yo porqué ser una crítica, no quería pegarme un porrazo tan fuerte.
De esto hasta el 2003. Si las letras son cnostrucciones que se ciñen a ciertos canones y que se interpretan de esta forma que es la correcta de acuerdo a esta teoría , que es distinta de esta otra, entonces se wescapan del campo de mi interés, no sirvo, no sigo.
Decidí ir entonces pr el camino de la letra concreta, de la letra lineal, le leer hacia el lado, como cuando recién aprendí, y encontré en la constitución y el código civil, textos tan alucinantes, como mi "papa" para la "P".
Y ahora leo de izquierda derecha, y de la página 1 a la 2 y luego a la 3.
